martes, 4 de noviembre de 2014

Continúa el ciclo “Siglo XX y más allá” en el Teatro del Libertador

(Por Magdalena Ducoin)

Iniciado en los primeros días del mes Junio, el ciclo propuesto el Teatro del Libertador ofreció una nueva presentación.

La Orquesta Sinfónica de Córdoba ejecutó el pasado viernes diecisiete de octubre a las 21.30 hs las obras ganadoras del Primer Concurso de Composición para la Orquesta Sinfónica de Córdoba 2014.

Se interpretó Alba de Tomás Nine, quien obtuvo mención honorífica en el concurso y Aquel entramado de impulsos, la obra del ganador, Franco Bridarelli. También se presentó Ditirambo de Leonardo Pérez, con la participación especial del solista Ignacio Luna Dómina; Tango de cámara n°  1, Tango de cámara n° 2, y Rostros ansiosos, de Oscar Torres concluyendo con Dimmi chi Fosti de Juan Carlos Tolosa.

Este reconocido ciclo pone en escena obras producidas desde principios del 1900 hasta la actualidad. Su director artístico es Hadrian Avila Arzuza un referente internacional comprometido con la difusión y promoción de las obras de jóvenes compositores latinoamericanos.

La Orquesta Sinfónica de Córdoba presentó las obras ganadoras del Primer Concurso de Composición 2014


(Por Marcos Gorostizaga)


De la mano de Hadrian Avila Arzuza, director artístico de la orquesta, se presentaron las obras ganadoras del Primer Concurso de Composición para la Orquesta Sinfónica de Córdoba 2014. El evento ocurrió el pasado jueves 17 de Octubre en el Teatro del Libertador General San Martín, dentro del marco del ciclo Siglo XX y más allá.

 La Orquesta Sinfónica de Córdoba interpretó Aquel entramado de impulsos de Franco Bridarolli, obra Ganadora del concurso. También la obra Alba de Tomás Nine, Mención de Honor del concurso. El programa incluía otras obras. Ditirambo de Leonardo Pérez (Con la participación de Ignacio Luna como solista en piano) cerró la primera parte. Tango de Cámara nº 1, Tango de Cámara nº 2 y Rostros ansiosos de Oscar Torres abrían la segunda parte.

 Dimmi Chi Fosti de Juan Carlos Tolosa cerró el evento. El concierto formó parte del ciclo Siglo XX y más allá que tiene lugar desde el 19 de Junio. A cargo de Hadrian Avila Arzuza, director artístico de la Orquesta Sinfónica de Córdoba, el ciclo esta compuesto de obras creadas desde 1900 al presente.

 El evento contó con la participación de la joven violinista cordobesa de gran talento y trayectoria, Lucia Luque, en el primer violín de la Orquesta Sinfónica de Córdoba.

Entrevistamos a Leonardo Pérez.


Leonardo Pérez tiene veintisiete años y es estudiante de la Licenciatura en Composición de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Actualmente es miembro del Coro Polifónico de la Provincia de Córdoba. Es el compositor de Ditirambo obra que fue presentada el pasado viernes diecisiete de octubre en el Teatro del Libertador en el marco del ciclo Siglo XX y más allá.








-Nos interesa saber qué fue lo que te inspiró a escribir tu obra y que nos cuentes que concepto hay detrás de tu creación. 


-El motor que impulsa el acto creativo en mi persona tiene nombre y apellido, lo que yo llamo "amor correspondido". Admito tener serios problemas emocionales cuando estoy solo. Pero no me refiero a la soledad física sino... digamos... a la existencial; en cierto modo sufro de horror vacui. Entonces, cuando estoy en pareja con una mujer, mi carencia afectiva desaparece y a su vez promueve el éxodo del escenario depresivo (el cual me posiciona de manera inactiva, como si todo se frenara) al mundo dinámico y productivo.
 Los momentos de mayor inspiración son cuando no sufro la angustia de saberme desamparado. La compañía es, como les dije, un factor decisivo para liberar mi creatividad. A pesar de ello, no compongo música solamente cuando estoy acompañado afectivamente, en esos estados de angustia, el motor que impulsa al acto creativo, es precisamente sublimar de algún modo la terrible opresión en el pecho (la angustia se siente en el cuerpo, no es una mera palabra). Pero en esos casos, recurro más a la creación de poesía. Desconozco la razón, pero en la escritura de poemas logro vaciar un poco la angustia. Dicho esto, es fácil deducir qué fue lo que me motivó a componer la obra: el haberme puesto de novio, en aquel entonces, con una joven mujer con la cual compartíamos muchas cosas sobre todo en lo que al arte se refiere. Ella era pianista (sigue viva, digo "era" porque para mí ya es solo un recuerdo distorsionado) por lo que se me ocurrió escribir una composición que tenga Piano para que ella la tocara.
Otra cuestión es el tema de la "inspiración". Yo estoy absolutamente en contra de que una obra se componga enteramente en base a la inspiración y hasta dudo de la utilización de ese término, para mí es más la conjunción de experiencias previas que se amalgaman y dan como resultado una nueva idea, casi dialécticamente hablando. La misma es tan solo un instante, una pequeña epifanía que ocurre eventualmente. Ese diminuto momento, donde "se me enciende la lamparita", es muy importante y debo registrarlo de algún modo en ese mismo instante (escribiendo en la partitura, grabando un audio con la descripción pormenorizada de la idea, tarareándolo hasta memorizarlo, etc.) porque mi mente es muy dispersa y puede ocurrir que se me olvide la idea.

-Y en el caso concreto de Ditirambo, ¿Cómo surge esta obra?

En el caso concreto de esta obra, fue luego de una charla con mi novia de aquel entonces. Me acuerdo que hablábamos de la muerte en relación a unos textos de Alejandra Pizarnik pero no recuerdo exactamente qué. Para el caso, da igual. A partir de esa charla comencé a escribir un Preludio para Piano que se llamaba "Preludio para los muertos". Luego la obra comenzó a cobrar envergadura y decidí cambiar dicho nombre por "Ditirambo" ya que la compañía de esa joven mujer me exaltaba, me dejaba en estado de júbilo. Un Ditirambo, como sabrán es una composición lírica griega dedicada al dios Dionisio. Pero también se define como una composición poética laudatoria que expresa un gran entusiasmo por el objeto a que se dedica el elogio. Ya se imaginarán, cuál era el objeto a elogiar... En relación a la categoría "concepto" tengo en mi proceder ciertas ambivalencias.

Si bien en muchos casos desarrollo conceptos para elaborar una obra, en general suelo estar más sujeto a la elaboración de estructuras compositivas así como un arquitecto planifica el edificio en su funcionamiento y no en su diseño estético. No podría decir que haya un solo concepto que subyaga en mi creación artística. Pero sí puedo mencionar los que creo, son los más relevantes.
En primer lugar quiero hablar de la "visceralidad". En mi música es frecuente encontrar arranques energéticos que provienen de los mismos gestos que el propio cuerpo propone. Si la música carece de "cuerpo" solo se convierte en mero producto "interesante".
Esto me lleva a un segundo concepto; "lo autobiográfico". Mi música tiene como propósito mostrarme al mundo, tal cual soy. Mi música habla mucho de mis estados emocionales e intelectuales, de mis historias y anhelos, de mis recuerdos y esperanzas. Y es a través de la manifestación de los gestos del cuerpo que logro encaminarme para lograr contar mi vida en sonidos (y también, aunque no con tanta frecuencia, en poesía, relatos o ensayos breves). Esta idea de mostrarme al mundo como ser sensible es muy romántica, pero en los procedimientos técnicos aparecen recursos mucho más "clásicos" en el sentido del equilibrio en la forma, por ejemplo. Yo me adhiero a los que se catalogan como "intelectuales románticos".
Dos términos (uno en Portugués y el otro en Alemán, que no tienen una buena traducción al Castellano) que subyacen en mi música de carácter marcadamente románticos: "Saudade" y "Sehnen und Verlangen". Ambos aluden a la nostalgia pero contaminada con anhelo; es un esperar desesperante y a su vez calmo, una energía que quiere explotar pero que queda latente, aguardando... Por último, mi música tiene un fuerte carácter "místico", "religioso" aunque soy absolutamente ateo, en realidad, no creo en nada básicamente, todo se resume en fenómenos perceptibles y palabras. Es más frecuente que en los pasajes lentos, en vez de ser, por ejemplo, contemplativos o bucólicos, adquieran un carácter misterioso, oscuro, inquietante, desconocido. Creo que estos son algunos elementos recurrentes en mi a la hora de crear.

-¿Cómo funciona tu proceso creativo para llegar a la obra? ¿Disponés de algún método para componer?

-Bueno, un poco de eso les comenté anteriormente. Mi procedimiento ha variado sustancialmente en el transcurso del tiempo. La primera etapa consta en tener la bendita "epifanía" y registrarla lo más detalladamente posible. Luego procedo a decidir qué estructura formal voy a utilizar, pienso si el cuento va a tener introducción, nudo o desenlace fatal. Después de la idea o la famosa "inspiración" procedo a estructurar la obra con, por ejemplo, forma de "Sonata" o cuando se trata "Tema con variaciones". A veces se puede optar por el formato de un "Scherzo" o de un "Rondeau".

 Una vez concebida la idea primaria y la estructura formal que voy a utilizar procedo a desarrollar esa idea de acuerdo a diferentes procesos compositivos: tomo un fragmento de la idea y lo reparto entre diferentes instrumentos musicales, o en base a la idea, hago un pasaje lento que cada vez más vaya acelerándose, etc.
Son procedimientos sencillos y muy clásicos en los ámbitos académicos musicales: la exposición de una idea, la elaboración, la transformación de esa idea en otra, la recapitulación de todo lo creado, etc. Aclaro que pueden ser todas las ideas musicales que uno quiera.

 Entonces, parto de una idea original, planteo de antemano como la voy a estructurar y luego aplico procedimientos pertinentes a la estructura que planteé. Es decir que no compongo una cosa, luego otra, luego otra, sino que planifico previamente todo lo que quiero que ocurra con la idea primaria que me vino a la cabeza.

-¿Cómo te sentís respecto a que tu creación sea interpretada en una de las mayores salas de Córdoba?

-Mucho orgullo, mucha satisfacción personal. Todos los jóvenes compositores saben que es muy difícil acceder a esas circunstancias. Pero también debo mucho al hecho de ser un compositor muy dedicado y muy activo. Hay mucha gente talentosa en Córdoba pero muchos carecen de iniciativa para generar esos espacios. Igualmente, no es la primera vez que estrenan una obra mía en la sala mayor del Teatro del Libertador San Martín. Tuve la oportunidad de ganar un concurso de composición para Banda Sinfónica en el 2011 y el estreno fue allí. En esa ocasión más que sentir felicidad y satisfacción estaba aterrado, justamente por lo significativo del hecho.

-¿Qué importancia le das a las opiniones del público?


-Lamentablemente algo de importancia le doy todavía. No debería, pero el narcisismo juega en contra. Todos los artistas en mayor o menor medida lo sufrimos. Aunque reconozco que esta cuestión ha mermado en el transcurso de los años. Si bien le doy algo de importancia, porque es lindo que te digan que algo te salió bien, estoy en una etapa de auto-superación, de concientización. La obra que hago sí es para el público pero la hago yo y también es para mí, y si bien siempre vas a encontrarte con halagos y reproches (porque el público siempre es heterogéneo) estoy empezando a hacer caso omiso a los mismos. A lo que sí le doy suma importancia es a la crítica constructiva sobre todo de mis maestros que sé que critican para que yo mejore lo que me ofrece otra mirada de la obra y me permite salirme de mi mismo para poder madurar. Cuando me refiero a que la obra la hago yo cuando decido mostrarla al público, quiero decir que logré comunicar lo que quería decir en ese momento plasmar esta "autobiografía". Aunque, como nunca se termina de aprender, con el tiempo uno siempre encuentra que la obra podría haber sido resuelta de una manera más efectiva. Nunca se termina de aprender a componer.

-¿Cuánto tiempo y esfuerzo te llevó componer este trabajo?

-Esta obra la compuse de a fragmentos, debido a la falta de tiempo por otras actividades, pero estipulo que habré compuesto el boceto en un mes y la obra definitiva en otro mes más. Componer no me implica ningún esfuerzo, lo hago con mucho placer. Si bien hay momentos en los que se presentan dificultades y cuesta resolverlas, en general lo hago más o menos ágilmente.

-¿Considerás seguir componiendo?


-Absolutamente, no podría vivir sin crear. El acto creativo no es para unos pocos, es algo que puede realizar cualquier persona. De hecho, ya tengo dos encargos importantes a estrenarse el año que viene. Además tengo planificado la composición de una serie de obras para mi tesis de la Licenciatura en Composición Musical.



-¿Cómo ves el medio artístico en Córdoba?

-Yo creo que está en crecimiento. Observo que cada vez más se forman agrupaciones independientes, proyectos musicales generados en espacios, por ejemplo, desde la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba. Sin ir más lejos, el concierto donde se estrenó mi obra es un evento artístico muy importante para la ciudad. Por supuesto que el arte más del tipo "culto"  es menos concurrido que los shows de música pop, cuarteto, rock, jazz, etc. Pero, aunque suene sorprendente, cada vez que se ejecuta música "académica" ya sea en el Teatro San Martín o en otras salas, la mayoría de las personas que concurren son jóvenes. Uno tiene el supuesto que solo las señoras mayores van a escuchar "música clásica", y van todas arregladas, muy coquetas... pero es notorio el aumento de jóvenes en los conciertos de esta índole.

-¿Cómo ves las posibilidades de los artistas locales?


-Las posibilidades se generan en la medida que los artistas se muevan para lograr sus objetivos. Nada viene servido en bandeja. Y menos acá. Parafraseando la tercera ley de la mecánica de Newton: acción-reacción. Si bien estamos en una ciudad que no tiene como prioridad la cultura, insistiendo se logran cosas. Pero hay que ser rigurosos y sostener prácticas de generar espacios y oportunidades todo el tiempo. Hay que producir constantemente, hacerse conocer, no bajar los brazos e insistir, aunque a veces el panorama no sea el ideal. No basta con conseguir una vez un Sponsor para que auspicie un recital y luego esperar que lluevan propuestas, te aseguro que eso no va a pasar a menos que seas un súper talento con mucha potencialidad para el mercado.

Los sonidos inesperados que pueden salvarnos.

(Por Magdalena Ducoin)

Primeras en la fila. Ellas, siempre elegantes. Las blusas bordadas, las bocas bien pintadas, las miradas expectantes. Las señoras esperan. Son las nueve de la noche en el caluroso centro de la ciudad de Córdoba. El gentío se amansa y abren las puertas del teatro del libertador. Los acomodadores nerviosos como de costumbre, auxilian al público que desprevenido ingresa en la sala mayor. Ya casi todos ocupan sus asientos. Los instrumentos se empiezan a afinar.

 Esta noche la Orquesta Sinfónica interpreta un ciclo de obras de compositores cordobeses. El director se hace presente entre una multitud de aplausos y da inicio a la obra Alba del compositor Tomás Nine, que obtuvo la mención de honor del concurso de composición para la orquesta sinfónica de Córdoba. Los sonidos inesperados de esta pieza parecen provocar extrañeza en la mayor parte de la audiencia que intenta interpretarlos como escenas de películas de terror. Luego, aprovechándose del clima entusiasta y el misticismo que usualmente subsistan las obras contemporáneas, la orquesta interpreta desenfrenadamente la obra Aquel entramado de impulsos de Franco Bridarelli ganadora del concurso.

En un impulso de renovar el repertorio y difundir el arte local, el teatro del Libertador con la colaboración del director su orquesta Hadrian Avila Arzuza organizó primer concurso de composición para la Orquesta Sinfónica de Córdoba (OSC). La puesta en escena de estas producciones se dieron en el marco del ciclo Siglo XX y más allá que propone acercar obras consideradas contemporáneas a los amantes de la música académica.

Aunque es conocido que la orquesta sinfónica está formada por músicos de excelente calidad, el público percibió la dedicación y profesionalismo con la que se abordó cada una de las obras. Una parte importante del reconocimiento fue para el director y su trabajo minucioso y profundo a la hora de interpretar y dirigir la música. Trabajo que se asemeja al de un perfumista que debe saber la combinación exacta de esencias para lograr un resultado perfecto.

El programa incluyó la obra Ditirambo, para piano y orquesta del compositor Leonardo Pérez que contó con la participación del solista Ignacio Luna Dómina. El público destacó esta obra por su particular estilo y ejecución.

Además, se interpretaron tres reconocidas obras del compositor local Oscar Torres concluyendo la segunda parte del concierto con Dimmi chi Fosti de Juan Carlos Tolosa.

El maestro Avila Arzuza se detuvo para explicar al fervoroso público que estas últimas obras fueron seleccionadas para acompañar a las ganadoras del concurso y para permitir que los compositores tuvieran la oportunidad de escucharlas interpretadas por la Orquesta Sinfónica.

 Generalmente, las obras contemporáneas provocan opiniones y sensaciones diversas en los espectadores. Sin embargo es importante destacar que en esta velada las variadas propuestas de nuestros autores locales fueron festejadas y premiadas con el aplauso de una sala heterogénea.

Es placentero que, en estos tiempos tan convulsos, estemos dispuestos a apreciar manifestaciones artísticas poco comunes como las obras contemporáneas. "Sólo un Dios puede salvarnos" dice Heidegger y ese Dios es el arte.

Música nueva suena en la orquesta

(Por Marcos Gorostizaga)

Ya es de noche en la ciudad de Córdoba. La gente está ubicada en sus asientos en el Teatro del Libertador San Martín. Murmuran entre sí, la función está por comenzar. Se bajan las luces del público hasta apagarse. Solo las luces del escenario quedan encendidas. Se levanta el concertino y hace sonar un La. El resto de la orquesta afina. El concertino se sienta. Todo el Teatro está en silencio. Ingresa el director. Los aplausos no se hacen esperar. El director saluda al Concertino, hace una reverencia al público y finalmente ocupa su lugar. Da comienzo a un nuevo encuentro del ciclo Siglo XX y Más Allá con un movimiento de sus brazos. Ya se escucha una de las obras ganadoras del Primer Concurso de Composición para la Orquesta Sinfónica de Córdoba 2014.

Sucedió que la Orquesta Sinfónica de Córdoba presentó un nuevo concierto, el pasado viernes diecisiete de Octubre. Concierto que se enmarca dentro del ciclo Siglo XX y Más Allá, que organiza la orquesta de la mano de su célebre director artístico Hadrian Avila Arzuza. Dentro de este ciclo se interpretan obras que van desde el 1900 al presente. Pero esta vez hubo un hecho particular. Las obras ganadoras del Primer Concurso de Composición para la Orquesta Sinfónica de Córdoba 2014 tuvieron un papel protagonista en el desarrollo del concierto.

Interés por la difusión de nuevos compositores y un gusto particular por las obras del Siglo XX caracterizan al Maestro Avila Arzuza. Características que se vieron reflejadas en este concierto. La Orquesta abrió con Alba de Tomás Nine, Mención de Honor del concurso. A continuación le siguió Aquel entramado de impulsos de Franco de Bridarolli, obra ganadora del concurso. Este hecho no fue menor. Avila Arzuza mencionó que es muy importante darles lugar a los nuevos compositores. Explicó que es una posibilidad única que tienen de escuchar sus obras interpretadas por toda la orquesta. Pero tal vez, no todos opinaron igual en ese momento.

Orquesta y música clásica es una asociación que se hace comúnmente. Pero las obras ganadoras del concurso estaban lejos de la música clásica. Incluso estaban lejos de ser obras convencionales. Al término de la primera se escuchó a alguien decir “¿Qué es esto?”. Luego otra persona mencionó “Bueno, cada uno compone como quiere ¿no?”. Fue evidente que al menos una parte del público no estaba contento con las obras de estos nuevos compositores. Quizás percibiendo esto Avila Arzuza, llamó a la comprensión y la paciencia. Admitió que las obras podían ser difíciles de asimilar. Sin embargo no dejó nunca sin destacar la importancia de interpretar esas obras.

Y de verdad es importante que la Orquesta Sinfónica de Córdoba se abra a nuevos compositores. Beethoven, Mozart, Chopin, son compositores bellísimos de escuchar por tan talentosos músicos. Y mucha gente espera escuchar eso en un concierto de la Sinfónica. Pero la orquesta sería algo obsoleto y fosilizado si esto sucediera. Solo una élite cultural podría acceder a ella. No sería una orquesta de toda una provincia.

 Debe ser destacada la labor del Maestro Avila Arzuza. Incentivar su interés por lo nuevo. Así la Orquesta se renueva. El público de Orquesta se renueva. Y la Orquesta Sinfónica de Córdoba es realmente de todos los cordobeses. Que cada vez más personas se sientan atraídas por un evento cultural tan importante sólo puede ser beneficioso para todos.